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La berrea en un lugar mágico
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiQBhyAGp2_mKpMTDuOFIaiqmXaAVfnwZkXNgGp_7FnF8VFV9tbgYFsfMhuTGJHtxR6x10X847w_bYLC9bAT24Kn4R4g3hbW-E38aUn0U0C-WAIDwaijCQn2Ck-1NosaGclvGR5sVVUruM/s320/Ciervo1.JPG) |
Foto: Antonio de Haro |
Tras los rigores del
verano, en un período variable que, dependiendo de la temperatura y
las lluvias, se extiende entre los primeros días de septiembre y los
últimos de octubre, sobreviene el celo a los ciervos. Los
majestuosos bramidos de los machos, que preceden a los secos golpes
del entrechocar de sus cornamentas, se escuchan entonces en los
dulces atardeceres otoñales de este paraje.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiHAXDwxjf0gbdb-vabLRJXpy8SvZ7fkJWpxchn9-Rsy2tH8TUsItkeZBBTT33y13VNu24xEhpnFSjbY17sfZ-5-DymrjLpqxjfHo_-dTXLlLwcrkNBCymHT8zJIee-3pMxi2yyTeyQ5bo/s320/Ciervo.JPG) |
Foto: Antonio de Haro |
La cañada real que
bordea la parcela de Viña Concepción linda con dos extensas fincas
dedicadas a la cría de ciervos y otros ungulados: la Dehesilla de
Rojas y El Horcajuelo. Tal circunstancia hace posible que la berrea
de los ciervos pueda oírse desde la misma casa. A pocos minutos a
pie de la Viña, avanzando por la carretera de la Parrilla, que
separa las citadas fincas, podemos contemplar en vivo el espectáculo
de la noble lucha de los venados y su cortejo a las hembras. Miden
así sus fuerzas de cara al apareamiento.
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